De todos los eventos que se celebran en mi pueblo, que son muchos, el que más me gusta de todos es la Feria del Caballo, pues es la fiesta por la fiesta, pura diversión, sin ideologías ni fanatismos y con escasa manipulación política. Son días para disfrutar, para beber, bailar, ligar el que pueda, comer y pasear.
La Feria de mi pueblo es una fiesta abierta, siempre lo ha sido. Se puede entrar en cualquier caseta y no es necesario ir con un "padrino" como en Sevilla capital. Es verdad que cada vez más casetas tienen zonas reservadas para socios, pero siempre con la mayor parte abierta. Espero que esto siga siendo así muchos años y que no terminemos "sevillanizando" también la Feria.
No obstante lo dicho, este año de crisis económica la feria está algo "pobretona". Los fuegos artificiales del día de inauguración fuero literalmente cuatro petardos y las bombillas del alumbrado fallan más que que las del cuarto de baño de mi casa.
No tengo claro todavía si hay menos gente en la Feria que otros años, pues hay momentos en los que se ve poco movimiento pero en otros la multitud se agolpa en mesas y barras, comiendo y bebiendo a destajo, como si la crisis nunca hubiera existido. Yo creo que el vino nos hace olvidar la situación que tenemos.
En cualquier caso, aprovecho este blog para animar a todos los lectores a que vengan a visitar la Feria del Caballo de Jerez, lo pasarán muy bien, con toda seguridad.
Es el único momento del año en que me siento orgulloso de mi pueblo.
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