La convocatoria de huelga general efetuada ayer por los sindicatos en España ha venido a demostrar una vez más la apatía política, la desgana general, la "depre" generalizada que sufre desde hace unos años nuestro país, inmerso en una crisis que va más allá de lo meramente económico.
El personal no está para tonterías, ni para dejarse manejar por nadie, a estas alturas.
El seguimiento de la huelga ha sido muy parcial, y buena parte de ese seguimiento fue por miedo a los piquetes, miedo físico y miedo a sufrir desperfectos en los negocios, en las cerraduras, etc.
En España, en pocas décadas, hemos pasado de no tener derecho a la huelga, a tener que ir a la huelga por cojones, porque lo dicen unos cuantos liberados a los que la huelga no les cuesta dinero.
No estoy en contra de la existencia de los sindicatos, no se confunda el lector. Simplemente, opino que los líderes y los planteamientos sindicales están caducos, han perdido el norte y sólo se preocupan de su propio protagonismo y pervivencia.
Por mucho que ahora hablen de un éxito y de un seguimiento del 75%, todos sabemos que eso es mentira, la huelga no ha sido ningún éxito y sobre todo, lo que es peor, llega tarde y no va a servir para nada.
Hay que recuperar un sindicalismo más serio, más comprometido con la defensa real de los trabajadores, menos inculto, más adaptado a los tiempos que corren y a las corrientes económicas actuales, más globalizado, sin liberados, ni caraduras, ni trepas, sin coacciones.
Un sindicalismo que sepa cuando hay que movilizar a los trabajadores y cuando no.
Un sindicalismo que no dependa de un partido político.
A lo mejor un día lo conseguimos, pero estamos muy lejos.
El personal no está para tonterías, ni para dejarse manejar por nadie, a estas alturas.
El seguimiento de la huelga ha sido muy parcial, y buena parte de ese seguimiento fue por miedo a los piquetes, miedo físico y miedo a sufrir desperfectos en los negocios, en las cerraduras, etc.
En España, en pocas décadas, hemos pasado de no tener derecho a la huelga, a tener que ir a la huelga por cojones, porque lo dicen unos cuantos liberados a los que la huelga no les cuesta dinero.
No estoy en contra de la existencia de los sindicatos, no se confunda el lector. Simplemente, opino que los líderes y los planteamientos sindicales están caducos, han perdido el norte y sólo se preocupan de su propio protagonismo y pervivencia.
Por mucho que ahora hablen de un éxito y de un seguimiento del 75%, todos sabemos que eso es mentira, la huelga no ha sido ningún éxito y sobre todo, lo que es peor, llega tarde y no va a servir para nada.
Hay que recuperar un sindicalismo más serio, más comprometido con la defensa real de los trabajadores, menos inculto, más adaptado a los tiempos que corren y a las corrientes económicas actuales, más globalizado, sin liberados, ni caraduras, ni trepas, sin coacciones.
Un sindicalismo que sepa cuando hay que movilizar a los trabajadores y cuando no.
Un sindicalismo que no dependa de un partido político.
A lo mejor un día lo conseguimos, pero estamos muy lejos.
A Francia te voy a mandar.
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